Una de las relaciones más interesantes dentro del arte es aquella que hubo entre Paul Gauguin y Vincent Van Gogh, dos de los pintores más destacados del siglo XX. Esta amistad que comenzó con un encuentro en París, estuvo marcada por la admiración y la rivalidad; sin embargo, terminó en gran discordia y en un hecho que, posiblemente, marcaría toda la historia del arte hasta nuestros días.
¿Cómo se conocieron Paul Gauguin y Van Gogh?
París fue el lugar del primer encuentro entre Paul Gauguin y Van Gogh. En 1887, Gauguin volvió a la Ciudad de la Luz desde Martinica, quedando fascinado con una exposición de Van Gogh, que en realidad se trató de un espacio en el que un desdichado Vincent Van Gogh intentaba vender sus piezas.
Posteriormente, Van Gogh decidió viajar al pueblo de Arlés, Francia, en 1888 para instalar allí el llamado "Estudio del Sur", un proyecto para reunir a varios artistas de la época, entre ellos Paul Gauguin.
De la amistad al odio
Durante su estancia en Arlés, Gauguin desarrolló una gran amistad con Van Gogh, la cual quedó plasmada en una carta que Van Gogh escribió a Émile Bernard, pintor del círculo cercano de éste. Además, Vincent era un romántico que plasmaba sus pensamientos en cartas sumamente poéticas y, justamente en la que hablaba de su amistad con Gauguin, demostraba el amor que sentía por su compañero y colega.
Ambos intercambiaban retratos, disfrutaban de cafés y frecuentaban burdeles del lugar; sin embargo, el antagonismo artístico comenzó a crecer en noviembre de 1888, cuando el mal clima los hizo permanecer casi encerrados en solitario.