La Semana del Diseño de Milán está en ciernes, y las temperaturas son decididamente veraniegas, pero en la terraza de la quinta planta del edificio de Piero Portaluppi, con vistas a los restos de la residencia del emperador romano Maximiano, en el centro histórico de Milán, una ráfaga de viento hace temblar las hojas del pequeño arce japonés. Todo está listo para la esperada semana del Salone del Mobile, que marca Buccellati el debut de la gran feria del diseño. El palacio es la sede de la maison de alta joyería desde 2019 (por una curiosa coincidencia, se construyó en 1919, el año en que se fundó la empresa) y con su seca y elegante fachada de Ceppo di Gré encarna la quintaesencia de la "milanesa". El escenario ideal para cuatro firmas internacionales de diseño de interiores como Dimorestudio Ashley Hicks, Chahan Minassian y Patricia Urquiola, vinculado de una u otra manera a esta ciudad. Buccellati les invitó a participar en la exposición Galateo - Un viaje a la convivencia, que reinterpreta su rico surtido de colecciones de plata dedicadas a la mesa (Caviar, Doge, Marina, Rouche, Tahiti), al tiempo que desvela la flamante colección de porcelana (Doble rotura - Horno Florence) realizado en colaboración con Ginori 1735.
"La idea del proyecto" —explica la curadora Federica Sala— "se inspiró en los tratados del siglo XVI. Galateo de Giovanni Della Casa, así como Il libro del Cortegiano de Baldassarre Castiglione, textos fundamentales de la cultura humanista que destacan la mesa como lugar de excelencia para practicar las relaciones sociales. Lejos de querer enseñar al público las obsoletas normas de etiqueta, la exposición es una invitación a redescubrir la alegría de la convivencia. "Con la pandemia nos ha hecho más que falta, y ahora es el momento de redescubrir el placer de recibir en casa, de atender a los invitados y de relacionarse con los demás con ‘gracia’: un concepto expresado por Castiglione que implica saber compararse, incluso de forma crítica pero con respeto, llevando a cabo una buena conversación y practicando la empatía". El diseño de la exposición fue el estudio Stefano Boeri Interiores, "cuyo trabajo en los últimos años ha sido capaz de proyectar nuestra ciudad hacia el futuro", continúa Sala. "Así que pedirles que transformen la terraza del emblemático arquitecto milanés que vivió en el siglo pasado fue crear un puente entre diferentes épocas de la ciudad".