Este famoso edificio brutalista se convirtió en un hotel de lujo

Diseñado originalmente por el arquitecto de la Bauhaus Marcel Breuer, este edificio brutalista encontró una nueva vida de lujo
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Seamus Payne.

Marcel Breuer estaba en la cima de su fama, en 1968, cuando le encargaron el diseño de la nueva sede de la Armstrong Rubber Company. Su plan de edificio brutalista comprendía nueve pisos de fachada de concreto prefabricado, con oficinas administrativas suspendidas sobre talleres de investigación y desarrollo de baja altura, como una cabeza sobre un cuerpo recostado, para la sede en New Haven, Connecticut. La estilizada estructura se eleva por encima del aparcamiento, de dos autopistas interestatales, de un punto de venta de IKEA y del cercano muelle del puerto. Esta inquietante reliquia de la era industrial moderna ha estado abandonada durante las últimas tres décadas, desde que su posterior propietario, Pirelli Tires, la vendió en 1999. 

Pero por fin dejó de estar desolado: el emblemático edificio brutalista de Breuer acaba de reabrir como el Hotel Marcel New Haven, Tapestry Collection by Hilton. Diseñado y desarrollado por Bruce Becker, de Becker & Becker, también está previsto que sea el primer hotel de cero emisiones en los Estados Unidos, generando in situ al menos tanta energía como la que consume. La sustentabilidad ambiental fue un elemento central del plan de Becker desde el principio, lo que dará nueva vida a un lugar que antes producía piezas para la industria automovilística que consumía mucha gasolina. 

El Hotel Marcel será el alojamiento más cercano a Union Station, el décimo centro de Amtrak más concurrido de Estados Unidos, y está situado a poca distancia del campus de Yale West.

Seamus Payne.

Becker compró el edificio, en 2019, por 1.2 millones de dólares. Aunque puede parecer un precio de ganga, no incluye los 4 millones de dólares necesarios para la reparación del asbesto. (Esto también significó que hubo que retirar la mayor parte de los interiores históricos). Aun así, su ubicación es ventajosa: el Hotel Marcel será el alojamiento más cercano a Union Station, el décimo centro de Amtrak más concurrido de Estados Unidos, y está situado a poca distancia en coche del campus de Yale West. Sus pisos superiores ofrecen espectaculares vistas del puerto y del centro de la ciudad. 

Una mirada intrincada al exterior de la fachada del hotel.

Seamus Payne.

Para los interiores, Becker recurrió a Dutch East Design, una empresa de Brooklyn con experiencia en la remodelación de hoteles. Se han inspirado en las mujeres artistas de la Bauhaus, un guiño a la historia personal de Breuer —fue uno de los primeros alumnos de la academia— y un contrapunto a la bravura masculina de su arquitectura. Cada habitación tiene una silla Cesca de Breuer tapizada con telas de Anni Albers y colchas geométricas del artista de Brooklyn Cory Siegler. Las formas circulares de estas telas riman con un friso de azulejos de terracota y unas esculturales celosías de iluminación, ambas de Dutch East, así como con un grabado de Howardena Pindell, que cuelga junto al banco del elevador. Antes de ganar fama internacional por sus collages de papel perforado, Pindell fue la primera mujer negra en graduarse en la Escuela de Arte de Yale. 

En el interior de una espaciosa habitación de invitados con amplias vistas al puerto.\

Seamus Payne.

"Queríamos que los interiores fuesen un suave fondo para este diseño, que es bastante fuerte y exigente", dice Larah Moravek, de Dutch East. El travertino, los azulejos de terracota y el roble ayudan a dar calidez a los espacios públicos del hotel. Los marcos de las ventanas originales de yeso fueron fabricados en madera dura por Stickley Furniture para conseguir un efecto similar. Los paneles de madera originales de piso a techo revisten las suites más lujosas de la octava planta, situadas en las antiguas oficinas ejecutivas. "Parecen salidas de un set de Mad Men", dice Becker. 

El hotel está lleno de toques de decoración de mediados de siglo.

Seamus Payne.

Para los que conocen el edificio, la novena planta guarda una sorpresa: Becker abrió el almacén de la calefacción y la electricidad —un espacio alto con vigas de acero de 5 metros— con un patio central y paredes de cristal para que entre la luz natural. La planta acogerá un segundo conjunto de espacios para reuniones y eventos, después de las salas Form and Function de la planta baja. 

Un espacio de uso común para sentarse dentro del hotel.Seamus Payne.

Además de su previsible condición de cero emisiones y de la certificación LEED Platino, que está siendo seguida en directo y evaluada por el Instituto de Nuevos Edificios, el Hotel Marcel no utilizará gas natural. El sistema de calefacción y aire acondicionado funciona con electricidad y la cocina está totalmente equipada con quemadores de inducción. El alumbrado de todo el edificio se alimenta por Ethernet, lo que reduce el consumo de energía hasta en un 30%. Los datos preliminares indican que el edificio puede funcionar indefinidamente sin conexión a la red eléctrica. 

Un vistazo al elegante bar del Hotel Marcel.Seamus Payne.

"Este proyecto ha elevado el listón de nuestra empresa en cuanto a la sustentabilidad de nuestra fabricación y los materiales que utilizamos", dice Moravek. Becker, por su parte, espera que el Hotel Marcel inicie una tendencia en los nuevos hoteles y en la red eléctrica de Estados Unidos. "Si se construye un edificio totalmente eléctrico, a medida que la red se vuelve más limpia, el edificio también se volverá más ecológico", afirma. Los beneficios se acumulan con el tiempo.

La construcción representa casi el 40% de las emisiones mundiales de carbono, y más del 8% se debe a la producción de concreto. El Hotel Marcel, situado en la envoltura de concreto de Breuer, es un paso pequeño pero significativo hacia el cambio de ese paradigma, que honra el legado del modernismo a la vez que mira hacia el futuro.

Artículo publicado originalmente en AD US. 
Traducción y adaptación de Fernanda Toral.