Dentro de la cocina hay varias zonas que siempre deben de estar limpias ya que están en contacto directo con los alimentos. Tanto el refrigerador como el congelador son zonas extremadamente delicadas e importantes gracias a la cercanía que tienen con los alimentos. Limpiar a profundidad estos espacios es súper importante, pero también es más complicado de lo que parece ya que se van acumulando restos de comida y otros desechos que requieren de limpieza profunda y urgente.
Limpiar el refrigerador es mucho más común ya que se abre más seguido y es sencillo darse cuenta cuando hace falta una limpieza. Sin embargo; limpiar el congelador puede no parecer una prioridad y se va olvidando, por lo que con el tiempo, limpiar el congelador podría llegar a ser una pesadilla debido a las manchas viejas que se pueden encontrar y malos olores que llegan a penetrar. Así que recuerda que debes limpiar tu congelador a profundidad mínimo dos veces al año y estos consejos te ayudarán a que la limpieza de este electrodoméstico sea más sencilla y rápida ¡Sigue leyendo!
Vacía el congelador
Para poder limpiar a profundidad tu congelador va a ser necesario que lo vacíes, así que comienza por sacar todos los alimentos y meterlos al refrigerador. Puedes poner hielo sobre las carnes congeladas para evitar que se descongelen. Luego, es importante descongelar el congelador con un trapo con agua caliente para deshacerse de la escarcha o las manchas de comida que se han congelado.
Durante este proceso de vaciar el espacio, revisa las fechas de caducidad y desecha los alimentos vencidos. Además, cuando hayas terminado la limpieza del congelador recuerda acomodarlo lo mejor posible ya que el secreto para evitar que el congelador se ensucie es el orden, gracias a que mantener todo súper organizado mediante cestas y cubos aptos para el congelador se evita que los distintos alimentos derramen.
Limpia las gomas con pasta de dientes
La pasta de dientes será tu mejor aliada para lavar las gomas de empaque del congelador. Sólo necesitarás un tazón con agua, un cepillo de dientes que no uses y pasta de dientes. Moja las gomas con un trapo, pon pasta de dientes al cepillo viejo y frota por toda la superficie de la goma en cuestión. Una vez que hayas terminado, limpia el resto de pasta de dientes con un trapo mojado y recuerda que en caso de que las gomas estén muy sucias o presenten moho, deberías utilizar productos desinfectantes para poder quitar las manchas negras antes de comenzar la limpieza con la pasta de dientes.