Desde California hasta Copenhague, las ciudades están tomando medidas para mantenerse a flote. Pero como el Grupo de Liderazgo Climático de las Ciudades C40 prevé que la subida del nivel del mar de al menos medio metro afectará a 800 millones de habitantes de las ciudades en 2050, está claro que para hacer frente al cambio climático serán necesarias algunas ideas inesperadas y poco convencionales.
Así es como entra en escena Oceanix Busan, un diseño recientemente presentado de lo que sería una ciudad flotante sostenible frente a la costa de la gran ciudad portuaria de Corea del Sur. El proyecto modular utilizará una amplia gama de materiales y métodos sostenibles en un esfuerzo por fomentar un hábitat humano autosostenible capaz de hacer frente a cualquier subida del nivel del mar. A continuación, se explica en detalle lo que hace que este proyecto sea tan innovador.
Tres plataformas, tres propósitos
El diseño inicial de Oceanix Busan prevé tres plataformas interconectadas a tierra mediante puentes, cada una con una función distinta. Hay una plataforma de alojamiento, que ofrece habitaciones con amplias vistas al puerto, tiendas, restaurantes y otros espacios comunes. La Plataforma de Investigación cuenta con un espacio ajardinado con temperatura controlada, que incluye torres hidropónicas para cultivar los alimentos de la ciudad flotante. Por último, la Plataforma de Vivienda es el lugar donde residen y se reúnen los habitantes de tiempo completo.
Hay espacio para expandirse
El proyecto inicial de Oceanix prevé 6.3 hectáreas de plataforma con espacio para 12 mil personas. Pero al igual que está diseñado para subir con el nivel del mar, su huella, más bien modular, puede crecer hasta dar cabida a 100 mil personas en un total de 20 plataformas.
Está construida con material que crece
Un material clave en las plataformas de Oceanix Busan —que estarán ancladas al lecho marino— es el Biorock. Utilizado a menudo para reparar los daños en los arrecifes de coral y revitalizar los ecosistemas acuáticos, el Biorock absorbe esencialmente los minerales del agua de mar para formar de forma natural un revestimiento de piedra caliza que no solo es varias veces más fuerte que el concreto típico, sino que también se autosustenta y se autorrepara con el tiempo. Si añadimos el hecho de que Biorock absorbe un poco de dióxido de carbono, es fácil ver por qué este material sostenible desempeña un papel esencial en el proyecto.